DEPARTAMENTO DE ESPIRITUALIDAD

19.11.2014 21:04

 

APRECIADOS MILITANTES: 

EN NOMBRE DEL CONSEJO CENTRAL RECIBAN EN UNIÓN A SUS FAMILIARES  UN FRATERNO ABRAZO EN  “CRISTO REY DEL UNIVERSO”, ESPECIALMENTE EN NUESTRA SEMANA DE LA ACCIÓN CATÓLICA ( 17 AL 23 DE OCTUBRE DE 2014)

DEPARTAMENTO DE ESPIRITUALIDAD

Para:    Todos los militantes de la Acción Católica de Venezuela

Queridos hermanos en Jesús:

            En la Semana de la Acción Católica, quisiera puntualizar algunos aspectos relacionados con la espiritualidad que tú, como militante de esta organización deberías vivir cotidianamente .

            Eres hombre o mujer de acción: participas en la Pastoral de la Iglesia Católica, evangelizas de múltiples maneras, desarrollas actividades apostólicas que contribuyen al mejoramiento de tu Comunidad… eres valioso (a). Muy bien, pero, ¿estás recibiendo la nutrición espiritual adecuada que te permita impedir que la acción se transforme en “campana que resuena o platillo estruendoso? ( 1Co. 13,1)

            ¿Es absolutamente prioritaria para ti la espiritualidad que fundamenta tu acción? A saber, tu vida de oración, tu formación, tu amor para con todos los hijos de Dios, tus hermanos?

            Sigo insistiendo en la necesidad de fomentar la oración personal, la fraternidad, como cimientos fundamentales de una acción auténticamente evangelizadora.

            En la oración, imita a Jesús. Para Jesús la oración es siempre el encuentro con el Padre, que él busca, por ejemplo, para tomar fuerzas tras largas jornadas en la proclamación del reino. “Después de despedirse, subió al monte a orar (Mc. 6,46). Leer el texto completo da idea de cuan agotadora pudo ser esa jornada ( Mc. 6,30-46). Lo busca también antes de la toma de decisiones tan trascendentales como la escogencia de los apóstoles: “Por aquel tiempo subió a una montaña a orar y se pasó la noche orando a Dios ( Lc. 6,12). Jesús no pierde oportunidad  para unirse en oración al Padre. Y lo hace generalmente en horas de silencio y en lugares solitarios, lo cual nos enseña también: “Cuando tu vayas a orar, entra a tu habitación, cierra la puerta y reza a tu Padre, a escondidas y tu Padre que ve en lo escondido, te lo pagará” (Mt. 6,6). Revisa: “tu habitación”: lo más recóndito de tu corazón. “cierra la puerta”: entra solo (la). Deja fuera todo lo que pueda considerarse distracción. “a escondidas”: tú solo, tú con El para un encuentro más profundo, más íntimo. Solo con Dios vivo en el corazón mejoraremos, nos transformaremos, santificaremos nuestras vidas. Y recordemos: todos por el bautismo estamos llamados a la santidad y más cuando hemos recibido llamados especiales, como el de servirle en el apostolado de la Acción Católica.

¿Entonces? Oremos siempre. Adentrémonos en el silencio del corazón y busquemos allí a la Presencia, lo cual puede hacerse fácil si adquirimos la costumbre de orar. Mientras más oremos, más necesidad tenderemos de hacerlo y más nítido sentiremos a Jesús en el corazón. Se llegará a tener una gran sed de Dios y no podremos hacer otra cosa que buscarlo, porque solo El puede llenar cualquier vacío en nuestras vidas.

Solo El  alimentará y dará sentido a nuestra “acción”.

            “Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo:

            mi garganta está sedienta de ti

            mi carne desfallece por ti

            como tierra seca, reseca, sin agua ( Sal. 63,2 (62))

Vivamos la Palabra de Dios. ¡Pidámosle al Espíritu Santo que nos enseñe a orar!

LA FRATERNIDAD la demostramos con amor: ¿Cuál es la medida del amor a nuestros hermanos? Nos la da Jesús.

“Como el Padre me amó, así yo los he amado: permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor”… (Jn. 15,9-10) “Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros, como yo os he amado” ( Jn. 15,12). “Queridos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios; todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, ya que Dios es amor ( 1Jn. 4,7-8). Si uno dice que ama a Dios,  mientras odia a su hermano, miente, porque si no ama al hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y el mandato que nos dio es que quien ama a Dios, ame también a su hermano ( 1Jn. 4,20-21)

            Muchísimas veces hemos oído, leído, rezado con estos textos. ¿Pero los hemos interiorizado, los hemos asumido, y hemos “escrito” en nuestros corazones aquello que debemos hacer o dejar de hacer para amar verdaderamente al hermano?

            “Hijitos no amemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad”. (1Jn. 3,16-17)

Otros textos: 1 Jn. 3,16-17

                        Ser uno: común unión: Jn. 17,21-23

                                                                 Efesios 4, 1-6

            ¡Busquémoslos, leámoslos, meditémoslos, asumámoslos!

            Y les dejo una tarea:

-       No hablen mal de nadie

-       No juzguen

Háganlo en aras de la común unión.

Seremos más felices cuando aprendamos a ser más comprensivos, aceptando las limitaciones que se manifiesten en nuestros hermanos.

            ¡Feliz día de Cristo Rey!

            Un abrazo estrecho en El

          

                                                                        

                                                                                     Teresa Osorio de Villasmil

                                                                            Responsable del Dpto. de Espiritualidad

                                                                                   Acción Católica de Venezuela