Cuaresma: 40 días para renovarnos

Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús.

       Con la celebración del Miércoles de Ceniza se da inicio al tiempo fuerte  de Cuaresma, un tiempo en el que debemos prepararnos con mucho esmero para que luego de 40 días podamos celebrar con toda la Iglesia el gran misterio de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

       ¿Por qué tiempo fuerte? Porque está caracterizado por un llamado constante a la conversión que debemos lograr a través de la penitencia, y la purificación. La Iglesia nos propone la práctica asidua del ayuno, la limosna y la oración durante este tiempo y así ejercitar nuestro espíritu en los tres niveles de relación que tenemos: con nosotros mismos, con nuestro prójimo y con Dios.

       El hecho de que sea un tiempo fuerte no significa que no sea un tiempo bueno, al contrario san Pablo nos dice en la Carta a los Corintios: “… Porque Él nos dice en la Escritura: En el momento favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí. Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación” (II Cor, 6:2). La Cuaresma llega a nosotros como un tiempo providencial –dice el Papa Francisco-  para cambiar de rumbo.

       Como Acción Católica debemos vivir la Cuaresma como un tiempo para renovarnos personal y comunitariamente mediante la adhesión confiada al Evangelio  y el acercamiento a nuestro Padre Dios.

       Además en este Año Santo donde celebramos el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, el Papa Francisco nos hace un llamado a vivir esta Cuaresma de una manera muy especial: “La Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios.” (Misericordiae vultus, 17). Esta exhortación del Santo Padre debe hacer eco en nuestros corazones y por eso debemos hacer de este tiempo un tiempo de gran meditación en las Sagradas Escrituras y así poder redescubrir el rostro misericordioso del Padre.

       Como actividad propicia para este tiempo el Departamento de Espiritualidad del Consejo Central de la Acción Católica de Venezuela, propone que en cada diócesis se lea, comparta y reflexione el Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2016 que tiene como título: “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar. Así mismo realizar una peregrinación a la Catedral de dicha diócesis o algún Santuario cercano a la misma, y allí cruzar todos juntos la Puerta Santa de la Misericordia. También podemos realizar alguna visita a instituciones donde haya personas necesitadas de misericordia (ancianatos, orfanatos, entre otros), y llevarles un poco del amor de Dios; recordemos que el lema de este Año Santo es “Misericordiosos como el Padre”.

Un abrazo fraterno.

Departamento de Espiritualidad

Consejo Central de la Acción Católica de Venezuela